Hoy nos vamos al sur de Italia, a una masseria, una granja típica de esta zona de Italia, rodeada de olivos y limoneros. Los olivos han estado siempre presentes en mi vida, para mi es un árbol que significa resistencia, gratitud, fuerza y generosidad. He participado varios años en la recogida de la oliva, ya que mi familia posee un campo con olivos, de donde sacamos el aceite que gastamos durante todo el año. Y he de deciros que este aceite me sabe genial y lo valoro mucho; ¡es un trabajo duro el campo en invierno!
Veréis que en esta casa, decorada con preciosos y desvaídos tonos pastel y con la textura del encalado, por otra parte, uno de los revestimientos más ecológicos y sanos que existen, ya que dejan respirar la pared. Es la imagen de mi niñez, de toda mi vida, de mis orígenes,los olivos y los encalados, y por eso este tipo de vivienda, tan integrada en el campo, me emociona.
Chimenea en la zona de estar. Los colores son los de la tierra, troncos, maderas antiguas, ramas como decoración.Precioso rincón en tonos tierra, con un escritorio antiguo y su lámpara.Una de las zonas de estar decorada en tonos fríos, azules, malvas, grises.Otra zona de estar algo más cálida en tonos tierras, verdes y cremas.Detalle del dormitorio, decorado con elementos más confortables, como el cabecero tapizado, suave. En este caso se ha optado por colores malvas y azules, muy relajantes.Vista general del dormitorio, con el cabecero tapizado y las lámparas simétricas.Detalle de la consola de madera decapada blanca.Detalle de las texturas de las maderas. En esta casa se han utilizado maderas decapadas, recuperadas, todas con una pátina preciosa. Como decimos siempre. son los detalles lo que hace acogedor un interior.Rincón del dormitorio, con la armonía de los colores malvas y tierra. Como veis, aquí también aparece la ramita de olivo.