Acabamos la semana con una preciosa vivienda donde todo ha sido reciclado. Vais a ver preciosos aparadores convertidos en muebles de lavabo; el propio edificio ha sido convertido en otra cosa, parece más una tienda que una vivienda. Está llena de luz, de color. Es acogedora donde quiera que mires. Me pregunto si esto no tendrá nada que ver con la vida de los objetos. Me parece que los objetos utilizados anteriormente tienen una calidez que no tienen los objetos nuevos. ¿Qué opináis?







El reportaje entero con más fotografías y la entrevista a la habitante y diseñadora de este espacio lo podéis ver aquí.
Todas las fotografías son de Meghan Plowman